Tuesday, October 27, 2015

capitulo 84

—Enseguida vuelvo —dijo, sonriendo a su padre.
Dejó el bolso en su silla y atravesó la habitación bajo el sonido rítmico de sus tacones.
Mantuvo la mirada apartada al pasar junto a Peter y esperó a que cerrara la puerta. La tomó del codo y la separó unos pasos más, haciendo que se estremeciera al sentir su tacto.
Era triste, pensó, que todavía le provocara aquella sensación cuando el día anterior había decidido terminar con él. Debería sentirse inmune, debería poner fin a sus sentimientos por él y levantar una impenetrable barrera alrededor de su corazón.
Y si no hubiera entrado en la oficina de su padre treinta segundos antes para hacer algo tan amable y generoso, habría seguido enfadada con él.
Se aclaró la garganta, levantó la cabeza y lo miró a los ojos.
—Has sido muy amable, gracias —dijo, y sintiendo curiosidad, añadió—: ¿Qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión?
—Tú —dijo, apretándola con fuerza antes de soltarla bruscamente—. Después de que te fueras del restaurante, me fui a casa, pensando que todo estaba bien. Sabía que habías puesto fin a nuestro acuerdo, que habías acabado conmigo, y me sentí aliviado, porque desde que empezamos a pasar tiempo juntos, no había vuelto a ser el mismo.
Se pasó las manos por el pelo y dejó escapar un suspiro antes de continuar.
—La primera vez que entraste en mi despacho, deseé odiarte, Lali. Me gustó la idea de castigarte por lo que me habías hecho veinte años atrás delante de tus amigas.
—Lo siento —dijo ella—. Ya he intentado disculparme...
El sacudió al cabeza para que lo dejara continuar.
—Lo sé. No importa, y ahora me doy cuenta. Durante veinte años, no había podido quitarme de la cabeza aquella fiesta de Navidad, y cuando acudiste a mí para que te ayudara a salvar el negocio de tu padre, me lo tomé como la oportunidad que estaba esperando para vengarme de ti.
Ella abrió la boca para decir algo, pero él la interrumpió.
—Entonces, pasó lo de anoche. Te traté con respeto durante la cena, castigandote, tratando de apartar a un lado lo que había entre nosotros —añadió, encogiéndose de hombros—. No te gustó mi comportamiento y te fuiste, lo que es exactamente lo que tenías que hacer. Me lo merecía. Después de que llamara y me dijeras que nuestro acuerdo había acabado, pensé que me sentiría mejor. Esperaba sentirme liberado de esta carga y que mi vida volviera a ser la de antes. Pero no pude dormir. Apenas podía respirar.
Tomó sus manos y las estrechó entre las suyas.
—Podía olerte en la habitación y escuchar tus susurros en mi oreja. Ya pesar de todo lo que me decía, de todo lo que pensé que sentía y que quería, de repente me di
cuenta de lo idiota que había sido. Porque lo que realmente quería era tenerte a mi lado, entre mis brazos.

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