Wednesday, October 21, 2015

capitulo 26

Lali se despertó a la mañana siguiente al olor de los huevos revueltos y del café recién hecho. Rodó sobre su espalda y respiró hondo, desperezándose antes de abrir los ojos.
La habitación estaba oscura todavía. Estaba tan a gusto en la cama, que no le apetecía levantarse. Pero el aroma del desayuno y el sonido de alguien en la otra habitación, le hicieron apartar las sábanas y levantarse.
Tardó unos segundos en darse cuenta de que estaba desnuda, al sentir la suavidad de las sábanas de raso sobre su piel. Y entonces, recordó los hechos de la noche anterior y sintió una oleada de calor que la invadía desde la punta de los pies hasta la cabeza. No lograba adivinar si se sentía avergonzada o lamentaba que Peter no estuviera en la cama junto a ella para volver a hacer todo lo que habían hecho la noche anterior.
Buscó una bata y un camisón en uno de los cajones del vestidor y se los puso. Luego se lavó los dientes y la cara antes de atravesar la puerta que separaba el dormitorio del salón.
Peter estaba ya vestido, con un traje gris, camisa blanca y corbata, con el pelo perfectamente peinado hacia atrás. Estaba sentado en la mesa redonda de caoba, frente a las ventanas, tomando café y leyendo el periódico.
Lali se atusó el pelo, se aclaró la garganta y entró.
El levantó la cabeza y, al verla acercarse, sonrió.
—Buenos días. ¿Has dormido bien?
Ella asintió, sentándose frente a él y sirviéndose una taza de café.
—No sabía qué querrías de desayuno, así que he pedido un poco de todo.
Había tortitas, huevos revueltos, beicon, salchichas y frutas frescas. Todo tenía muy buen aspecto, y Lali no perdió tiempo en servirse en su plato. Se echó leche y azúcar en el café y sirope sobre las tortitas.
Unos segundos más tarde, levantó la cabeza y miró a Peter.
—¿No vas a comer nada? —preguntó.
El sacudió la cabeza y se llevó la taza a la boca.
—Por las mañanas, lo único que necesito es café. Se sentía como una glotona, comiendo todo aquello mientras él sólo tomaba café. Pero no estaba dispuesta a detenerse, pensó mientras se llevaba un trozo de melón a la boca.
Después de tragarse el bocado, agitó el tenedor, llamando su atención.
—Pues no es sano no comer nada en el desayuno —le dijo, distrayéndolo de la lectura del periódico una vez más—. Es la comida más importante.
El esbozó una paciente sonrisa antes de seguir leyendo la prensa.

No comments:

Post a Comment