Tuesday, October 27, 2015

capitulo 85

Lali parpadeó, no dando crédito a lo que estaba escuchando.
La noche anterior la había tratado poco más que como a una prostituta, y ahora parecía querer más, parecía estarle diciendo que la quería.
Pero ¿cómo podía estar segura? ¿Cómo podía saber que no volvería a cambiar de opinión la próxima vez que viera a Tisha Ferguson—McDonald o cualquier otra persona como ella?
Su mente le decía que tuviera cuidado, que tenía que hacerle sufrir para ganarse su perdón. Pero su corazón le decía que lo rodeara con los brazos, que lo estrechara con fuerza y que no lo dejara ir.
Se decidió por un término medio.
—¿Qué estás diciendo, Peter? —preguntó, ignorando el nudo de nervios de su estómago.
El estrechó aún con más fuerza sus manos y dio un paso al frente, mirándola fijamente a los ojos con la expresión más sincera que nunca había visto en su rostro.
—Te estoy diciendo que te quiero. Creo que te he querido desde que íbamos al colegio. Incluso después de lo que me dijiste en aquella fiesta de Navidad. Creo que no habría estado dolido y enfadado tanto tiempo si no hubieras significado tanto para mí.
Al oír aquellas palabras de su boca, su pulso de aceleró. Ella también lo quería, aunque sus sentimientos por él no habían despertado tan pronto.
—Pero ¿y lo que pasó el otro día con Tisha Ferguson—McDonald? No apruebo nada de lo que dijo, Peter, te lo prometo. No comparto con ella ni sus opiniones ni sus puntos de vista. Es una arrogante altanera.
Sentía la sangre hervir al recordar la escena con furia e indignación. Pero en lugar de mostrarse frío como había imaginado que haría, Peter sonrió y se llevó una de sus manos a la boca para besarla.
—Ya te lo he dicho —dijo en voz baja—, no me importa. Es cierto que me enfadé y que me trajo a la memoria los peores recuerdos que creí tener olvidados. Pero también me ha permitido darme cuenta que no eres como ella ni como las mujeres que estaban con ella. Quizá lo fuiste en su tiempo, al tratar de congeniar con ellas, tal y como me dijiste en Las Vegas. Pero todos hacemos tonterías de adolescentes.
Peter se inclinó y la besó en la comisura de los labios, antes de continuar.
—Te perdono lo que hiciste cuando tenías catorce años si tú me perdonas lo que te hice anoche. Pensé que, apartándote, podría recuperar el control de mis emociones y considerarte parte de un trato. No me daba cuenta de que eras mucho más que eso, de que me habías llegado al corazón —añadió, bajando la voz—. He tenido que estar a punto de perderte para ver las cosas claras.

2 comments: