Saturday, October 31, 2015

capitulo 37

-Ni siquiera sabes cómo me siento. Esto ha sido como traspasar los límites que tú fijaste. Límites mezquinos, odiosos. Aunque no lo creas, anoche no vine simplemente a hacerte el amor.
-¿No? -inquirió a la defensiva.
-No. No quiero tener sólo un amorío contigo.
Lali se quedó perpleja. Sin saber cómo llenar el silencio, volvió a preguntar: -¿Quieres café?
Peter soltó una maldición, al tiempo que la miraba agresiva y dolorosamente.
-Quiero casarme contigo.
Lali sospechó que le estaba gastando una broma macabra.
-Y ahora te ríes -observó asombrada-. Te juro que no respondo de mí -le espetó con furia.
Era la más extraordinaria propuesta de matrimonio que había oído nunca; en realidad, era la única. Era incapaz de reír; se había quedado sin habla. Ante ella Peter se erguía invulnerable. Sabía sobrevivir. El orgullo y la obstinación de los Lanzani formaban una combinación invencible.
Lali apenas alcanzó a humedecerse los labios con la lengua. Se sentía débil...
-¿Estás diciendo que me quieres?
-No estoy proponiendo una relación sin compromisos. Quiero terminar con mis noches de insomnio y las peleas inútiles. Quiero verte junto a mí al despertar por la mañana. En pocas palabras, quiero vivir contigo. No me importa lo que hayas tenido que ver con Maxwell. Sigo pensando que entre tú y yo hay mucho en común. Lo suficiente como para construir algo importante.
-¿Después de sólo una noche?
-Nunca he querido a ninguna mujer como a ti. Lo reconozco. Has estado en mi vida nada menos que ocho años, y después de lo de anoche, seguramente estarás conmigo durante los próximos ochenta años. Recuerda que el matrimonio es mucho más que sexo. Sigo deseando comprarte esta casa.
Un rubor suave cubrió las mejillas de Lali.
-Peter, eso no es...
-A propósito, la herencia de Paula está vinculada a un fideicomiso a favor de Tina. Así lo decidí. Mientras Paula vivió no tomé ni un solo céntimo de allí, y después de su muerte no cambié mi manera de pensar.
«¡Santo cielo!», exclamó Lali para sus adentros. Peter seguía ignorando su verdadera posición económica. Ella era muy rica. ¿Le habría propuesto matrimonio de haber conocido el monto de su fortuna? Sintió una tensión en el estómago.
-Tú no me amas -dijo sin pensar. Peter soltó una risita falsa:
-¿Me estás diciendo que habría ganado puntos contigo si te hubiera dicho lo contrario?
-No. Y agradezco que no mencionaras nada de eso.
-¿Qué quieres decir? -le preguntó con tono cortante.
-Estuviste con Belen hace unos cuantos días -afirmó en tono defensivo.
-Belen es un pretexto, una mentira. No fui a tu lecho después de estar en el de otra mujer.
-Es verdad.
-Tú me querías, me necesitabas, Lali, tanto como yo a ti.
Ruborizada se acercó a la ventana. Peter había puesto el dedo en la llaga, y ella lo sabía.
-Eso no significa que quiera casarme contigo.
-Pero sí significa mucho más de lo que estás preparada para aceptar.
-¿Por qué yo?
-No creo que hayas tenido muchos amantes, excepto en tu imaginación.
-Últimamente me he sentido muy inquieta y transtornada -hizo esa confesión en su prisa por cambiar de tema.
Con manos firmes él la obligó a mirarlo. Lali se apartó, pues sabía que si la tocaba tendría una ventaja total sobre ella. Se dijo que antes de que se diera cuenta estaría dando de comer a las gallinas de Jessie y remendando su ropa. Sus esfuerzos por revitalizar su sentido del humor no cayeron en terreno apropiado. Todo su pensamiento estaba centrado en el pánico y en otro sentimiento que ella se negaba enérgicamente a reconocer. Él no apartó la mirada de su perfil sonrojado.
-Debemos pensar también en Tina, y en tu carrera. No creo que puedas trabajar en la televisión, aquí en Inglaterra.

No comments:

Post a Comment