Friday, October 23, 2015

capitulo 50

No era una casualidad que  Lanzani fuera la empresa que iba a hacerse con Suministros para Restaurantes Esposito. Peter llevaba años observando a la familia de Lali, no sólo para saber cuándo los superaba económicamente, sino esperando que una oportunidad como aquélla se presentara.
Deseaba enseñarles en qué se había convertido. No sólo en un empresario rico, sino en un hombre admirado y respetado.
Lo que no explicaba por qué estaba sintiéndose culpable por los planes que tenía para vengarse de aquella mujer.
Había perdido a un ser querido. ¿No le pasaba eso a todo el mundo en algún momento de su vida?
Y la encontraba irresistible en la cama. ¿Pero a qué hombre no le pasaría lo mismo? Eso no le hacía un santo, pero tampoco un demonio.
—Las cosas que pensaba que eran importantes —continuó Lali—, dejaron de serlo. Y ni la riqueza ni el prestigio de mi padre pudieron hacer nada por sanar a mi madre. Tuvo los mejores médicos, pero ni siquiera eso fue suficiente.
—Así que te convertiste en trabajadora social —dijo él, tratando de recuperar el control—. Para tratar de salvar al mundo.
—No para salvar el mundo —dijo ella—. Pero quería ayudar a otras personas. Nuestra familia tiene dinero más que suficiente. Aunque perdamos la empresa, cosa que espero que no pase por el bien de mi padre, estaremos bien económicamente. Quería dar un cambio radical a mi vida.
—Y estoy seguro de que lo hiciste. Me refiero a dar un cambio a tu vida.
Una sonrisa asomó a los labios de Lali.
—Lo estoy intentando. Hay muchos niños sufriendo, muchas familias con problemas ahí fuera. Quiero hacer lo que pueda, y lo que las leyes me permitan, para que las cosas sean más fáciles para ellos.
—¿Y ya no rechazas a los muchachos que te sacan a bailar sólo porque sus padres no son tan ricos como los tuyos?
Ella se ruborizó, avergonzada.
—No sé cuántos muchachos me invitarían a bailar hoy en día, pero no. No rechazaría a nadie por su educación o su cuenta bancaria. Especialmente a ti.
—Pero ahora tengo dinero —dijo él, arqueando una ceja—. ¿No me hace eso aceptable?
—Ni más ni menos. Ya no juzgo a la gente así, y nunca debería haberlo hecho.
Lali se acercó a él y colocó una pierna sobre el muslo de Peter y los senos sobre su pecho.
—A riesgo de que te enfades aún más, aquella noche pensé que estabas muy guapo. Si no hubiera sido por mis amigas y por mi miedo a lo que pensaran, habría bailado contigo y hubiera disfrutado cada segundo.

1 comment: