capitulo 55

Eso no era cierto, pero su hermana lo entendería. Al fin y al cabo, tan sólo iban a ir al centro comercial.
—¿A qué hora me recogerás? ¿O prefieres que nos veamos allí?
—No, te recogeré a eso de las seis, ¿de acuerdo?
—De acuerdo, a las seis.
—Estupendo, luego nos vemos.
La línea se quedó en silencio y colgó lentamente, apretando con fuerza el auricular. Un segundo más tarde, volvió a descolgar y marcó un número que se sabía de memoria.
—¿Dígame? —respondió su hermana.
—Necesito tu ayuda.
¿Qué debería ponerse para conocer a los padres y hermano de su amante? Especialmente, teniendo en cuenta que eran amantes porque la había chantajeado para llevarla a su cama.
Quizá ésa no fuera la única razón por la que seguía compartiendo su cama, pero era el motivo por el que había llegado a aquella situación.
Por suerte, tenía una hermana que conocía las respuestas a aquellas preguntas. Nada más llamar a Candela a su teléfono móvil, su hermana lo había dejado todo para encontrarse con ella en casa y revisar juntas sus armarios.
Era tan sólo una cena en casa de sus padres, así que debía ir informal, pero elegante. Si hubiera sido un evento formal, todo habría sido más fácil, ya que se hubiera puesto un vestido largo y unos zapatos de tacón.
Enseguida desecharon los vaqueros por ser demasiado informales, y los vestidos, por ser demasiado serios. Las faldas eran una buena opción, dependiendo del estilo y el diseño.
Finalmente, después de dos o tres horas sintiéndose como la maniquí de un escaparate, Lali levantó los brazos mientras Candela le ponía un top por la cabeza y se apartaba para ver su última combinación.
—Creo que ya lo tenemos —anunció su hermana, mientras señalaba al espejo para que Lali se viera.
Lali suspiró al ver que casi estaba perfecta. Quizá algo arreglada, pero no demasiado especialmente si Peter iba directamente de la oficina, con su traje su corbata.
Candela se había decidido por un par de pantalones negros anchos, con zapatos planos negros y un jersey con flores bordadas en rojo, blanco y negro.
—¿Estás segura? —preguntó, girándose a derecha e izquierda para mirarse al espejo.