capitulo 53

Su hermana sufriría un ataque si supiera lo que estaba pensando. Candela pondría los brazos en jarras y sacudiría la cabeza, antes de darle un sermón acerca de no dejar que un hombre gobernara su vida. Si quería estar con Peter, debería decirle que no quería que su relación terminara una vez que su padre lograra salvar su empresa. Debería decirle que quería ser algo más que su amante. No sabía hasta dónde quería llegar, pero al menos disfrutaría el tiempo y la oportunidad de ver hacia dónde iban las cosas.
Pero a Peter eso no le gustaría. Sus sentimientos por ella eran amargos, y lo único que necesitaba para convertirlos en odio era que le dijera que se estaba enamorando de él y que no quería dejarlo marchar cuando su trato llegara a su fin.
Sonrió mientras guardaba sus cremas en la maleta y la cerraba.
Oh, sí, eso le gustaría. La mujer a la que había estado chantajeando se había encariñado con él y quería más. Aquélla sería una gran culminación para su plan de venganza.
Desde la habitación, oyó la puerta de la suite abrirse y luego cerrarse. Respiró hondo y parpadeó varias veces, tratando de controlar sus emociones, antes de que él entrara y se diera cuenta de que estaba a punto de romperse en pedazos.
—Hola —dijo él, dejando la llave magnética en la cómoda.
Sonriendo, Lali se dio media vuelta.
—Hola.
—¿Has acabado de hacer la maleta?
—Acabo de terminar —dijo, señalando una de sus maletas.
—Bien. Si quieres, puedes pedir que nos bajen el equipaje y comer algo antes de irnos al aeropuerto.
—Me parece bien —dijo ella, asintiendo.
Lali comenzó a tirar de las maletas para acercarIas a la puerta, donde él estaba apoyado.
—Una cosa más antes de que nos vayamos —dijo él, tomando el tirador de la maleta más pesada y dirigiéndose a la puerta.
—¿Sí? —preguntó ella, distraídamente, colgándose el bolso del hombro, mientras lo seguía con la maleta pequeña.
De pronto, se encontró con sus ojos verdes, que la miraban intensamente.
—Cuando volvamos —dijo, tomándola por el brazo—, si tu padre no ha conseguido los recursos necesarios para salvar su empresa, espero que nuestro trato continúe. A menos que no quieras seguir ayudando a Víctor a salvar el negocio familiar.
Aquella última frase sonó a disculpa, a la vez que a amenaza. Lali pensó que debería estar ofendida o al menos molesta por querer controlar sus actos una vez regresaran a Gabriel’s Crossing.