capitulo 66

—¿Qué habías pensado?
—Eh, que el desayuno es para los dos.
—Te dejaré lo que no pueda comerme —dijo ella, sonriendo.
—Podemos hacer lo que quieras. Pasar el día en la piscina o en el patio. Incluso podemos preparar una cesta de picnic e ir a casa de mi hermano, a ver si nos presta un par de caballos para dar un paseo.
Lali dio un mordisco a su tostada y masticó lentamente. Luego, dio un sorbo a su zumo de naranja.
Por mucho que le gustara montar a caballo, la idea de quedarse allí y pasar el día a solas con Peter le parecía más apetecible. Después de todo, no sabía cuánto tiempo más les quedaba para estar juntos.
—Un baño en la piscina me parece una idea fantástica. Pero no tengo bañador.
—No es problema —dijo, quitándole un trozo de tostada—. No lo necesitas.
—¿Quieres que me bañe desnuda?
—¿Por qué no? Yo también me bañaré desnudo. Además, si usaras bañador, no tardaría nada en quitártelo. ¿Qué dices? ¿Todavía quieres que nos bañemos?
La idea de jugar con él en el agua, de hacer el amor allí, se le pasó por la cabeza, y su cuerpo se puso tenso. Tragó saliva y se humedeció los labios.
—De acuerdo.
Unas horas más tarde, Lali se alegró de no haber ido a trabajar ese día. Ni siquiera sabía si tendría fuerzas para ir al día siguiente.
Peter estaba es una tumbona a pocos metros de la piscina, con los ojos cerrados y respirando profundamente. Ella estaba a su lado, con la cabeza apoyada sobre su hombro, y ambos estaban completamente desnudos. Dos vasos con coloridas bebidas descansaban en una pequeña mesa de cristal que tenían a su lado.
—Tengo que ir a una fiesta mañana por la noche —dijo él, sacándola de su modorra.
Ella lo miró, y se dio cuenta de que seguía con los ojos cerrados, pero no estaba dormido como había pensado.
—¿Quieres venir conmigo? —continuó.
—¿Tengo otra opción?
—Siempre tienes otra opción —contestó él, acariciándole el pelo—. Pero te lo estoy pidiendo. Es un asunto de trabajo, pero no tienes que ir si no quieres. Puedo asistir solo a ese tipo de eventos formales. Pero me gustaría que vinieras conmigo, si es que te apetece.
Lali tragó saliva, tratando de que las emociones no tensaran su cuerpo. Su cabeza daba vueltas.