Friday, October 30, 2015

capitulo 24

-Ha ido a traerme una copa. ¿Dónde estabas que no te vi antes?
-Belen y yo llegamos tarde. Dime una cosa, ¿siempre bailas a medio metro de distancia de tu compañero? -con una mano la atrajo hacia sí, obligándola a que posara las manos en sus hombros.
Un calor incontenible la invadió. El latido del deseo que corría por sus venas destruía su autocontrol, fundiéndola con él en una dolorosa angustia.
Terminó la música y él la apartó cruelmente de la fuente de esa necesidad. Un sexto sentido le dijo a Lali que muchos ojos los estaban espiando, y con una risa chispeante se alejó de Peter. Mary la esperaba.
-A Gaston lo han llamado para atender a un cerdito -comentó entre dientes-. Dijo que estaría aquí dentro de una hora, más o menos. Pobre Gaston. Nada le sale bien.
-¿De verdad?
Lali no la oía. Belen, radiante con su vestido rojo que realzaba su encanto, bailaba animadamente con Peter. Luego se puso de puntillas para besarlo levemente en los labios y echó hacia atrás la cabeza con un desafiante aire triunfal.
Lali tomó una copa de una bandeja; estaba muy celosa.
-Gaston es mi primo -declaró Mary, acercándose para dar un toque confidencial a sus palabras-. Está loco por Belen, pero de momento no tiene ninguna oportunidad. Belen va detrás de una presa mayor.
Lali se enfrentó a la mirada maliciosa de Mary.
-Peter y yo somos amigos desde hace muchos años.
-Si Pablo tuviera una amiga así, le sacaría los ojos. Tú has dejado a Belen en la línea de salida -sonrió Mary-. El caso es que Peter las prefiere rubias. Paula era una rubia alta, parecida a ti a simple vista.
Las palabras se quedaron flotando en el aire.
-¿De verdad?
Mary la estudió con gran intensidad.
-Sí. Fue el matrimonio más extraño del mundo. Ella habría matado por conseguirlo, pero la verdad es que no pudo soportar la altivez de Peter. Trató de ponerlo celoso, pero él ni se inmutaba. Las mujeres se estrellaban contra un muro. Peter no es un inofensivo gatito al que se puede provocar sin peligro.
Mike, el hermano de Mary, interrumpió la conversación para pedirle a Lali que bailara con él. Ella asintió con alivio y eso le dio algún tiempo de descanso. Luego fue al cuarto de baño, se refrescó un poco y por último se refugió en el invernadero.
-Y Dios creó a la mujer...
Lali se volvió. Peter surgió de entre las enredaderas que flanqueaban la puerta.
-Pero Maxwell creó a Lali -concluyó en voz baja.
-Sí. Me enseñó a caminar, a hablar, a vestirme...
-La muñequita de Maxwell -declaró con cierto tono de pena.
-No le veo la gracia.
-No es gracioso, es triste. ¿Te diviertes cuando actúas de todo corazón? Evidentemente a ti te encanta. No aprecio el arte de la actuación, aun suponiendo que todo fuera de mi agrado.
-¿Tu agrado? -lo interrumpió con violencia. Peter le sonrió con ternura.
-Lali, no me engañes. Me puedes asestar una puñalada en el corazón y seguiría riendo. Creo que ha llegado el momento de hacer una tregua.
-No me había dado cuenta de que estuviéramos peleando.
Peter cogió entre los dedos un mechón de su cabello. El brillo de sus ojos la dejó paralizada.
-No puedes luchar contra ti misma, Lali. Sólo lograrás desgarrarte en dos partes. Y si peleas contra mí perderás, porque siempre he sido más fuerte que tú... -trató de provocarla-. Te llevaré a dar un paseo mañana por la tarde. Aunque el tiempo no está para dar paseos, ¿verdad?
A pesar del provocativo susurro de Peter, Lali respondió con un «no» rotundo. Él la soltó. -Gracias a Dios por eso. ¿Crees que Pablo daría rienda suelta a sus fantasías de Tarzán entre estas enredaderas?
Lali se echó a reír de buena gana.
-Lo que debemos hacer es ir a buscar a nuestros respectivos compañeros. Él aceptó con una mueca y Lali consiguió recuperarse del todo.
Gaston se encontraba en el salón charlando con Pablo. Durante todo el camino de vuelta a casa estuvo disculpándose.
-Permíteme que te invite a comer el viernes -le rogó con tal insistencia, que ella no tuvo otro remedio que aceptar.

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