Thursday, October 22, 2015

capitulo 37

Su cuerpo se estremeció y jadeó, dejando caer los brazos. Sentía que sus huesos y músculos se habían vuelto papilla.
Con una sonrisa, Peter levantó la cabeza y se incorporó para colocarse sobre ella, deteniéndose para tomar la fresa de su ombligo con los dientes y ofrecérsela.
—No, no quiero más —dijo ella, cerrando los ojos—. No puedo tomar más.
—Claro que puedes —susurró él, sujetando la fresa entre sus dientes—. Abre la boca.
Suspirando, abrió la boca y tomó la fresa.
—Ahora mastica.
Ella obedeció. Las fresas eran su fruta favorita, y gimió de placer al sentir su sabor en las papilas gustativas.
—Ahora, abre la boca otra vez —dijo él con voz seductora.
Al hacerlo, unió su boca a la de ella y la besó apasionadamente. Para su sorpresa, sintió que volvía a recuperar las fuerzas, y lo rodeó por los hombros.
El se apartó un poco, sonriendo.
—Es el mejor helado que he tomado nunca. Creo que nunca más podré volver a tomarlo con cuchara.
Lali se estremeció. No estaba segura de poder volver a vivir unas sensaciones como aquéllas, pero estaba completamente segura de que nunca más podría volver a ver un helado sin recordar aquella noche y las cosas que Peter podía hacer con un poco de nata, salsa de chocolate y la lengua.
—No hemos acabado todavía —dijo él.
Abrió un cajón de la mesilla y sacó un preservativo sin dejar de prestar atención a su cuello y hombros. Colocándose entre sus muslos, se hundió en ella en un rápido movimiento. Ya estaba húmeda y lista para que la penetrara.
Peter tomó sus nalgas, atrayéndola hacia él con cada embestida. Ella lo rodeó con sus piernas y le clavó las uñas en la espalda.
—Peter —gimió.
—Lali —dijo él antes de hundir el rostro en el cuello de ella.
Cuando llegó al orgasmo, Lali sintió que la habitación daba vueltas. Jadeó y dejó de respirar. Sobre ella, Peter la embistió por última vez antes de gritar, satisfecho.
Unos segundos más tarde, se dejó caer sobre ella, aprisionándola contra el colchón. En vez de sentirse incómoda, sonrió relajada. Podía sentir su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
Antes de lo que le hubiera gustado, él se apartó y se quedó tumbado sobre su espalda, con los brazos y piernas abiertos, mientras seguía respirando entrecortadamente.

1 comment: