Wednesday, October 28, 2015

capitulo 9

Peter tomó la botella de jerez. Después de examinarla, se irguió y le dirigió una dura mirada.
-Has contraído vicios poco sanos desde que saliste de casa.
-Te agradará saber que uno de ellos no es invitar a desconocidos a beber conmigo. Ahora, vete ya -su voz se tornó aguda.
Peter se sentó con toda tranquilidad en la silla que estaba al pie de la cama. Cruzó una pierna y se echó hacia atrás, relajado. Lali lo miró fijamente y se incorporó.
-¿No has oído lo que te he dicho?
La luz de la chimenea arrancó reflejos a la seda roja de su camisón, que apenas le cubría los muslos. Además, la fina tela dejaba ver la forma de sus senos. En cuanto se dio cuenta de que la estaba observando, Lali sintió que la cara le ardía. Volvió a sentarse, mientras en su interior sonaba una alarma.
-¿Qué estás haciendo aquí? -volvió a preguntarle Peter.
-Tal vez tenga demasiada pereza para mudarme a un hotel.
-Pensé que tu afición a la comodidad te induciría a buscar un sitio mejor -la miró descaradamente-. Dime qué planes tienes ahora que te han echado de la telenovela.
-Si me he quedado fuera, ha sido por mi propia voluntad.
-Por lo que sé, Maxwell te dijo que si tenía alguna influencia, nunca más volverías a trabajar -le recordó Peter, con una calma que fue una burla de su furia.
-Pedí un descanso. No he tenido vacaciones desde la última vez que nos vimos.
-Este es un lugar muy peculiar para pasar unas vacaciones.
-Sobre gustos no hay nada escrito -no le importaba ni le diría que se iría a primera hora.
-¿Por qué tienes un coche tan viejo?
-Camuflaje. Eso es todo -repuso con soberbia.
-Como camuflaje es excesivo.
-Bueno, tal vez esté arruinada -declaró con tono sarcástico.
El brillo de su mirada la desconcertó.
-Es malo que ahogues tus penas sola -echó la cabeza hacia atrás.
-Hago toda clase de cosas malas estando sola. Suelen ser muy divertidas.
-¿Sabe Maxwell dónde estás?
-Le dije que me dirigía hacia el norte.
-Supongo que terminaste tu relación con él.
Lali dejó que el jerez humedeciera su garganta y dijo:
-Eres libre de suponer lo que te dé la gana. Grant y yo nos atenemos a esta norma inflexible. No hablamos de nosotros con desconocidos. Esa es una de las razones de que haya tanta basura en los diarios, tantos chismes. Lo que no se logra en una entrevista legítima, se inventa. -Entonces, ¿la revelación extraordinaria de las habitaciones separadas fue un invento? -preguntó Peter-. Dejando al margen las obvias exageraciones, salta a la vista que la relación está muerta de tu lado, desde hace mucho. Entonces, ¿por qué razón te quedaste tanto tiempo?
-Así que leíste los periódicos. Supongo que habría sido mucho esperar que quisieras satisfacer tu curiosidad recurriendo a la propia fuente.
-Fascinación sería el nombre más exacto de mis sentimientos. Algunas de las cosas relacionadas con Maxwell me divirtieron, pero otras tuvieron su lado trágico -murmuró Peter con tono sombrío-. Pero si finalmente te dio una patada en el trasero, te hizo un favor.
-¿Cómo te atreves a decir eso? -estalló Lali-. No sabes nada de mi vida con Grant. ¡Nada!
La miró con gran atención.
-No irás a decirme que has sido feliz con un hombre que ha estado corriendo detrás de otras mujeres desde que lo conociste.
Ella miró fijamente el fuego de la chimenea. Volvió a escuchar las violentas acusaciones de ingratitud de Grant. Pero su rabia era perfectamente explicable. La había enseñado, alentado, animado a seguir cuando podía haberse derrumbado. Todo lo que había conseguido se lo debía a él. No obstante, Grant no le dio lo que ella realmente quería de él: el amor de un padre. De pronto, los ojos se le llenaron de lágrimas. Quizá no fue culpa de su padre, sino más bien de ella.
-Lali...
-¡Oh, por favor! Vete y déjame sola -alcanzó a decir, molesta por su tono de conmiseración -ya me has abrumado con tu sermón y ahora te pido que te vayas.

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