capitulo 73

Corrió al ascensor, se metió dentro y apretó el botón repetidamente hasta que se puso en marcha.
—Venga, venga —murmuró, deseando haber tomado las escaleras.
Incluso con tacones, estaba convencida de que habría llegado al vestíbulo antes que en el ascensor.
Cuando las puertas se abrieron, salió y corrió, mirando a derecha e izquierda, sin ver señal de él. Fuera, miró los coches que llevaban y traían los aparcacoches. Se acercó al más cercano y, describiendo a Peter y a su coche, le preguntó si los había visto.
—Ah, sí —dijo el hombre, señalando hacia la calle—. Se acaba de ir.
Lali miró en aquella dirección, justo para comprobar cómo chirriaban las ruedas al arrancar.
No tenía sentido correr tras él para tratar de alcanzarlo. Se había ido y no sabía si volvería a verlo.
Habían pasado dos días desde la fiesta. Dos días desde que Peter se fuera. Dos días en los que se había negado a hablar con ella.
Había tomado un taxi desde el hotel a casa de Peter, pero o no había ido allí o se había negado a abrirle la puerta.
A pesar de que era lo último que quería hacer, se había ido a casa para, inmediatamente, tratar de llamarlo. Primero a casa, luego al teléfono móvil e incluso, por último, a la oficina. No había obtenido respuesta, y él no se había molestado en devolverle sus llamadas, a pesar de que había seguido llamándolo varias veces al día, dejándole numerosos mensajes.
Lali sospechaba que estaba en el trabajo, pero cada vez que lo llamaba y la recepcionista le preguntaba su nombre, inmediatamente le decía que no estaba disponible.
La estaba evitando, y lo sabía.
Podía haber estrangulado a Tisha Ferguson—McDonald por su grosería e insensibilidad. Cuarenta y ocho horas después, seguía deseando abofetearla.
Pero, sobre todo, quería disculparse con Peter y asegurarse de que estuviera bien. Sin embargo, por lo que imaginaba, no debía estar bien. Si no, no se habría ido así de la fiesta, dejándola sola, y no estaría ahora evitando sus llamadas.
Aun así, sentía que le debía una explicación para decirle que no compartía los comentarios de Tisha. Había sido una estúpida por ser amiga de aquellas mujeres en el instituto.
También se había dado cuenta, aunque tarde, de la clase de hombre que era Peter, y si hubiera sido lista, habría bailado con él en aquella fiesta de Navidad en casa de sus padres, dejando a sus amigas solas, sintiéndose como unas estúpidas.