Saturday, October 31, 2015

capitulo 35

Lali pensó que, cuando supuestamente se había preocupado por ella, al mismo tiempo había disfrutado de su luna de miel con Paula. Despecho y dolor se mezclaron en su réplica mordaz.
-El hecho de que nos hayamos acostado no te da derecho a...
-¿A hablar o a sentirme con derecho sobre ti? ¿Eso es lo que te molesta?
Una humedad ardiente le quemaba los párpados, apenas entreabiertos. Dos minutos de conversación y ya se estaban peleando como lobos, buscando la victoria, pero con la diferencia de que ahora ella sabía que saldría derrotada.
-No quiero hablar del pasado. ¿Cuántas veces he de repetírtelo?
-¿Para ti Maxwell forma parte del pasado? ¿O estás alentando la esperanza de que todavía se cierna sobre el horizonte? ¿Te has mantenido en contacto con él? -preguntó con tono áspero.
Hizo a un lado las sábanas y se bajó de la cama.
-No soy tuya. No tienes ningún derecho sobre mí. Lo de Grant no te importa, en absoluto. Cogió su falda y huyó escaleras abajo. Temblando, se vistió en la cocina. Dolorosas emociones la debilitaban cada vez más. Era preciso que Peter se marchara. Había conseguido lo que quería y eso era todo. Se estremeció. Resultaba degradante pensar en el regalo de su cuerpo, pero le dolía terriblemente comprender que ella se había traicionado debido a la necesidad que tenía de él.
Desesperada, comprendió que durante todos esos años, le había pertenecido por completo. Peor aún, seguía perteneciéndole en cuerpo y alma. Ese mismo día estaba tan obsesionada por Peter como lo había estado en su adolescencia, y una vez más él había sido la parte dominadora. Una desigualdad que humillaba su orgullo y confianza en sí misma.
-Según mi modo de pensar, esa cama que acabamos de compartir hace que todo lo referente a Maxwell me interese -gritó él con tono duro y frío.
Lali se sobresaltó. Como estaba descalzo no había hecho ruido en la escalera al dirigirse a la cocina y acercarse a ella.
Cuando ella hizo un intento de alejarse, Peter la tomó por la cintura. Sin hacer caso de su grito de alarma, la levantó en brazos obligándola a sentarse en la mesa que estaba detrás de ella. -Tal vez pienses que mi actitud es extemporánea o anticuada, pero sucede que soy así y no es probable que cambie.
-Déjame bajar -le espetó.
-Contéstame antes.
-¡No!
-¿No quieres responderme o no te has mantenido en contacto con él?
-¡No, no he vuelto a verlo!
De inmediato Peter le soltó las manos.
-Eso es todo lo que quería saber. Has sido tú la que ha hecho un drama de todo esto -murmuró furioso, a la vez que deslizaba las manos bajo sus muslos y la atraía hacia sí.
-¿Qué estás haciendo? -alcanzó a decir.
Peter inclinó la cabeza para acariciarle el cuello con los labios. Rió triunfalmente cuando advirtió su excitación; la devoró con la ardiente intimidad de un amante, y ella se desmoronó.
-Te quiero y te sigo deseando -gimió, inclinándose ante ella para recorrer con los labios sus senos desnudos.
Su húmeda lengua jugueteaba con sus pezones, ansiosos de caricias. Casi gritando, ella hundió los dedos en su pelo.
Enredó las piernas de Lali alrededor de su cintura y la llevó escaleras arriba, mientras le decía lo que pensaba hacer a continuación.
Cuando la dejó sobre la cama, ella extendió los brazos hacia él, pero Peter no parecía tener ninguna prisa. Su control era infinitamente superior al de Lali.

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