capitulo 71 y 72

Para evitar burlarse, Peter apretó la mandíbula con fuerza. Así que se había casado bien. Bravo por ella y por las demás presentes.
—¡Tisha! —dijo Lali—. Ahora me acuerdo. Estás estupenda. Apenas te había reconocido.
Las dos mujeres se besaron, y luego Lali dirigió la mirada hacia las otras mujeres que estaban junto a Tisha.
—Leslie, Stephanie y Candy. Me alegro de veros. ¿Cómo estáis?
Las cinco mujeres hablaron durante unos minutos, con Tisha, la evidente líder del grupo, monopolizando la conversación. Cuando se hizo un respiro, Lali se giró hacia él y lo presentó.
—¿Os acordáis de Peter Lanzani? —les preguntó—. Fue con nosotras al instituto, pero era un par de años mayor.
Tisha se quedó observándolo con la cabeza ladeada, mientras las otras tres sonreían y asentían.
—Peter. ¿Tú no serás...? —comenzó a decir, y al caer en la cuenta, dejó escapar una carcajada—. ¡Peter Lanzani! Ya me acuerdo de ti. Eres el hijo de aquel patético granjero que invitó a Lali a bailar en una fiesta de Navidad en casa de sus padres. Tenías que haber visto tu cara cuando te dijo que no. Oh, aquello fue divertidísimo.


Tisha echó la cabeza hacia atrás y se carcajeó sonoramente.
imitaron más discretamente.
  sintió que los latidos de su corazón se aceleraban, y un escalofrío recorrió su espalda. Instintivamente, sus manos se cerraron en puños, y tuvo que contener el deseo de dar un puñetazo a aquella bruja en la cara.
Horrorizada, miró a Peter y vio furia brillando en sus ojos, antes de que una expresión de indiferencia escondiera sus verdaderas emociones al resto del mundo.
—Peter —comenzó, desesperada por evitar que se fuera.
Pero antes de poder decir nada más, Peter se dio media vuelta y se fue.
Mirando su espalda, las risas de Tisha crecieron en volumen y malicia.
Y de repente, Lali no pudo soportarlo más.
—¿Cómo te atreves? —dijo Lali.
Inmediatamente, Leslie, Stephanie y Candy se quedaron en silencio, sorprendidas de que alguien se atreviera a hablar a su líder en aquel tono. Tisha tardó unos segundos más, pero finalmente su expresión jocosa desapareció de su rostro y entre cerró los ojos, irritada.
—¿Perdón? —respondió con altanería.
—¿Qué te da derecho a hablar a la gente así? ¿Acaso pretendes hacerles creer que estás por encima de ellos?
Tisha empezó a darse la vuelta, pero Lali no estaba dispuesta a que se saliera con la suya, y decidió continuar a pesar de que aquella discusión estaba empezando a llamar la atención de los demás.
—¿Sabes lo que eres, Tisha? Eres una mala persona, arrogante, egoísta y esnob. Lamento haberte conocido y haber sido parte de tu grupo de hienas en el instituto.
Sentía la sangre a punto de hervir y apenas podía respirar por todo lo que le había dicho a aquella mujer.
—Tú eres la patética, Tisha Ferguson—McDonald —dijo con sorna, haciéndolo sonar como un insulto—. Tú eres la que debería avergonzarse por tu educación y tu aspecto porque no le llegas ni a la suela de los zapatos a Peter. El es el que debería mirarte por encima del hombro a ti y no al revés.
Deseaba decirle unas cuantas cosas más, pero ninguna de ellas merecía la pena el tiempo que estaba perdiendo sin poder salir tras Peter.
Dejando a Tisha y a su corte con la boca abiertas, se movió entre la multitud, siguiendo el camino que Peter había tomado unos minutos antes. Cuanto más se acercaba a las puertas del salón, más rápido se movía.
Al salir al hall, se detuvo, pero no lo vio por ningún sitio.