Wednesday, October 7, 2015

capitulo 52

—Deberías mirarlo con ojo crítico —observó él, volviendo a mirar la foto—. Yo sólo veo a un señor bastante ordinario, no a un príncipe de cuento.
¿Ordinario? Era curioso, pero ella no se había dado cuenta hasta entonces de que Benjamin empezaba a tener entradas, o que una papada amenazaba su barbilla. Definitivamente le había gustado su forma de cocinar. El resto había sido una mentira. Se le hizo un nudo en la garganta al recordar las románticas veladas en las que ella le había preparado la cena mientras él le contaba cómo había sido su día en el trabajo.
—Lárgate —le ordenó con voz baja y débil.
—Mi intención es acelerar el proceso de recuperación —dijo él, impertérrito.
—Estás molestándome. Estoy intentando revolcarme en la autocompasión, ¡y a nadie le apetece hacerlo con alguien delante! —la cabeza le daba vueltas por la combinación de la brisa nocturna y el vino.
—Seré una compañía totalmente objetiva.
—Pero no deberías estar aquí... Esto es un ritual femenino. La música, las lágrimas ¡y el fuego para quemar las fotos!
Peter se agachó junto al montón de recuerdos y lo observó con una ceja arqueada.
—¿Cuánto tiempo estuviste con ese enano? ¿Una vida entera?
Lali se ruborizó intensamente y volvió a agacharse.
—Él no era ningún enano y... Oh, por amor de Dios. Hace ocho años que lo conozco. Al principio sólo éramos amigos, pero durante los últimos cinco años fuimos pareja.
—Todo ese tiempo... —murmuró Peter, sacudiendo la cabeza con sincero asombro ante un compromiso tan duradero—. Me parece de muy mal gusto... por no decir una obsesión.
—¡Yo lo quería!
—¿Te das cuenta de que ya estás hablando en pasado? —observó él sin ocultar su satisfacción.
—¿Crees que no sé que tengo que superar esto? Pero no es fácil seguir adelante sin alguien que ha sido una parte fundamental en mi vida. ¿Nunca te han hecho daño?
Los ojos verdes de Peter se entornaron y reflejaron el resplandor de las llamas.
—Una vez, cuando era joven... Pero nunca más.
—Estupendo, ¡así que te dedicas a ofrecer consejo cuando en realidad eres una persona herida emocionalmente que se enamora como la gente normal! —lo acusó ella.
Peter mostró su desacuerdo con una brusca carcajada.
—No estoy herido en absoluto. He visto la angustia que provocan las tonterías sentimentales, y hace mucho que decidí que no volvería a cometer ese error. ¿Puedo?
Lali asintió y vio cómo él probaba el vino directamente de la botella. Tuvo que reprimir el ridículo impulso de ir a la cocina en busca de un vaso, como correspondería a una buena anfitriona.
—Demasiado dulce para mi paladar... pero es fuerte —comentó Peter—. Sospecho que te provocará una buena resaca.
Desafiando la advertencia no solicitada, Lali le quitó la botella y tomó un trago. Rara vez probaba el alcohol, pero se negó a preocuparse por los efectos. Estaba harta de tomar siempre el camino más seguro y sensato. Eugue nunca lo había hecho y era
la que iba a recorrer el pasillo de la iglesia al ritmo de la Marcha Nupcial. Metió otro CD en el reproductor y bajó el volumen sólo porque vio la mueca de desagrado que ponía Peter.

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