Wednesday, October 14, 2015

capitulo 129

 Lali no le había dado mayor importancia, y se había preocupado más por la aparente hostilidad que había acabado reemplazando a las bromas. Ahora se le ocurrió pensar que Benjamin se había aprovechado de la joven.
—Y sobre cuándo empezó lo nuestro... Unos seis meses antes de que nos sorprendieras, llamé una noche para hablar contigo, pero estabas de viaje —le contó Eugue, que no podía parar una vez haber empezado a confesar—. Benjamin me invitó a tomar una copa. Yo bebí demasiado y me besó... Y a partir de ahí...
Lali no quería saber los detalles.
—No tenemos que hablar de eso. Pero, pasara lo que pasara entre Benjamin y tú, somos y seremos siempre hermanas y podemos permanecer unidas.
—No si Benjamin me abandona y vuelve contigo.
—Eugue... estás dando por hecho que yo quiero volver con él, y no es así. De modo que haz el favor de quitarte esa idea de la cabeza.
—Lo siento... —murmuró Eugue. Apretó los labios temblorosos y agachó la cabeza.
Lali pensó que era una lástima no estar en posición para convencer a Euge de que Benjamin no era bueno para ella. Pero las evidencias eran demasiado claras. Benjamin había despojado a su hermana de toda seguridad en sí misma y la había convertido en un amasijo de nervios y dudas. Durante toda su vida Eugue había sido una chica encantadora y entusiasta. Pero su experiencia no parecía haberle enseñado las técnicas de supervivencia que más necesitaba ahora.
—Estaré al otro lado del teléfono siempre que quieras hablar conmigo —le dijo Lali dulcemente—. Y serás bienvenida cuando vengas a Ballyflynn.
—Eres muy amable —dijo Eugecon un suspiro lastimero—. Pero allí no hay más que barro y caballos, y yo no soy una chica de campo.
Un par de horas más tarde, Lali estaba llamando a la puerta de la suite de su madre. La sorprendió que fuera Salvador quien le abriera y la hiciera pasar. El tercer marido de Emilia, un hombre alto y enjuto con el pelo fino y rubio, rara vez acompañaba a su mujer a Londres, por lo que era prácticamente un desconocido para Lali.
—Emilia está acostada... Todo esto ha sido un trauma para ella —le dijo Salvador, muy serio y rígido.
Lali sentía que el aplazamiento y posible cancelación de la boda había sido mucho más traumático para Euge que para su madre, pero estaba más que acostumbrada a la habilidad de Emilia para convencer a todos de que era una persona extremadamente frágil y sensible, a quien había que proteger a toda costa de cualquier influencia maligna.
—Quiero que me prometas que no le dirás nada que pueda angustiarla todavía más —añadió Salvador en voz baja e impaciente—. Entiendo que esto es muy difícil para ti también...
—¿Para mí? Oh, lo siento... te refieres a mi anterior compromiso con Benjamin — recordó Lali secamente—. Eso ya está más que superado. En realidad, he llegado a la conclusión de que Eugue me salvó de cometer el mayor error de mi vida.
—¿Benjamin? —preguntó él, observándola con perplejidad—. Discúlpame, pero ¿qué tienen que ver Benjamin y Eugue con esto? Es la intromisión de Stefano en un asunto confidencial lo que ha causado la angustia de tu madre.
—¿Stefano? —repitió ella.

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