Wednesday, October 14, 2015

capitulo 130

Entonces comprendió lo que el marido de su madre intentaba decirle y se quedó helada. Evidentemente, su hermanastro había mantenido su promesa de hablar con Emilia sobre la necesidad de Lali por saber quién era su padre. Lali no podía creérselo, ya que la conversación sobre aquel tema había sido muy breve y no había esperado que Stefano fuera a llevar tan lejos su apoyo.
—Sí, Stefano. Fue una suerte que yo oyera la discusión entre tu hermano y mi mujer y me diera cuenta de lo que estaba pasando. Emilia está destrozada, lo cual es bastante comprensible —dijo Salvador con un tono de censura y reproche. Miró el rostro palidecido de Lali y, aparentemente satisfecho de haberla impresionado con sus palabras de advertencia, abrió la puerta de la sala de estar.
Las persianas habían sido bajadas para atenuar los fuertes rayos de sol, y a Lali le costó unos segundos ajustar la vista a la penumbra. Emilia estaba echada en el sofá. Vestida con un traje negro y diminuto de última moda, su madre parecía muy delicada y vulnerable.
—¿Cómo estás? —le preguntó Lali con la boca seca, sin poder creerse que al fin tuviera la posibilidad de averiguar algo sobre su padre—. Siento mucho que Stefano te haya...
—¿Crees que no sé que fuiste tú quien lo animó a hacerlo? —le espetó su madre.
—Ya hemos hablado de esto, querida —intervino Salvador en un tono extremadamente suave—. Así como es natural que Lali sienta curiosidad, es del todo conveniente para ti que satisfagas esa curiosidad. Después de esto, estoy seguro de que Lali estará de acuerdo conmigo en que nunca más vuelva a mencionarse el tema.
Lali había confiado en que Salvador hiciera gala de unos mejores modales y la dejase a solas con su madre. Pero después de oírlo decir aquello, se preguntó si no sería gracias a él que Emilia había sido finalmente convencida para hablar.
—¿Tienes que quedarte ahí, por encima de mí? —le preguntó Emilia con cierta petulancia a su hija.
—Lo siento —se disculpó Lali, y se apresuró a sentarse en el borde del sillón más cercano.
—Antes de que te cuente nada, quiero que me prometas que nada de lo que diga saldrá de esta habitación —decretó Emilia.
Lali frunció el ceño.
—¿Pero por qué...?
—Creo que la discreción que pide tu madre es razonable —comentó Salvador.
Lali estaba tan tensa que habría aceptado cualquier condición, pero no podía evitar pensar que aquella exigencia era bastante injusta y perversa. ¿Acaso cualquier información que recibiera no sería suya para disponer de la misma como mejor le pareciera?
—Si no me das tu palabra, no te diré nada —sentenció Emilia.
Lali respiró hondo y prometió que trataría con la mayor discreción cualquier información que recibiera. Se sorprendió cuando vio a su madre relajarse un poco, y se preguntó qué clase de confesión iba a hacerle que requiriera una confidencialidad semejante.
Salvador se colocó detrás del sofá y se inclinó para ponerle una mano en el hombro a su mujer, quien desplegó un bonito pañuelo de encaje entre los dedos.

3 comments:

  1. me muero por saber quien es el padre de lali sube otro porfavor

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  2. No puede ser tan buena es perjudicial para la salud!
    Q madre de mierda ella tiene todo el derecho de saber la verdad y no la tendría q tratar con ningún cuidado, que frágil ni que frágil q crezca es un adulto q le haga frente a las cosas!
    estoy tan enojada!
    Maass

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