Saturday, October 17, 2015

capitulo 151

—Créetelo. Ya ha pasado. Nunca más tendremos que pensar en esta pesadilla.
Cuando Peter colgó, sus palabras seguían reseñándole a Lali en la cabeza: «Ya ha pasado. Nunca más tendremos que pensar en esta pesadilla». Cerró los ojos con fuerza, olvidándose de que Tolly seguía al otro lado de la verja, como si hubiera echado raíces allí. ¿Le había insinuado Peter que la relación seguía en punto muerto? Y, de ser así, ¿podía ella culparlo? ¿Qué clase de aventura podía sobrevivir a un malentendido semejante?
—Lali... —la cara de Tolly era una expresión arrugada de consternación—. No pretendía escuchar, pero he oído lo que le has dicho a Peter. ¿Era eso lo que pasaba entre vosotros? ¿Es posible que te creyeras que podíais ser hermanos?
Lali se puso colorada al darse cuenta de lo poco discreta que había sido, y agradeció poder confiar en Tolly para guardar el secreto.
—Sí, llegamos a pensarlo. Pero nos hemos hecho la prueba del ADN y gracias a Dios... Bueno, no fue más que un malentendido.
—¿Pero de dónde sacaste esa idea?
Lali puso una mueca.
—De mi madre.
—¿Quieres venir a mi casa? Creo que es hora de que tengamos una charla sobre algo que ha estado rondando en mi cabeza.
Ella se fijó en su acongojada expresión. Cuando conoció a Joseph Tolly, le había confesado que le gustaría saber quién era su padre. Ahora recordaba sus sospechas de que el viejo pudiera saber algo más sobre su historia de lo que estaba dispuesto a admitir.
Una vez en su casa, Tolly la hizo sentarse junto a la vieja mesa.
—Es posible que yo sepa quién es tu padre. Siento que deba decírtelo, pero no me siento bien por hacerlo.
—Te agradecería mucho cualquier cosa que me digas.
—Tu madre solía trabajar los fines de semana en la tienda del pueblo. Los dueños eran la familia más próspera en muchos kilómetros a la redonda. La hija se llamaba Sheila. Era un poco mayor que tu madre, pero las dos eran muy amigas. Sheila se comprometió con mi hijo Robert cuando tenía diecisiete años y se casaron un año más tarde, cuando él cumplió los veintiuno. Emilia fue una de sus damas de honor.
Sheila y Robert Tolly. Lali sólo pudo pensar en la hostilidad de Sheila hacia ella y su madre.
Tolly abrió un cajón y sacó un álbum de fotos antiguas.
—Aquí están los tres juntos.
Con todo el cuerpo en tensión, Lali observó la foto en color de la boda. Eva parecía un ángel rubio con un horrible vestido de satén rosa, y su sonrisa se le antojó falsa a Lali. Sheila parecía feliz y nerviosa, y Robert Tolly había sido sorprendentemente atractivo de joven.
—Los novios eran muy jóvenes... demasiado jóvenes —dijo Tolly respirando profundamente—. Mi hijo siempre ha negado que le hubiera sido infiel a Sheila con tu madre. No admitirá nada. Ni siquiera querrá hablar de ello. Sólo puedo ofrecerte datos, pero no pruebas.
Lali escuchaba con atención cada palabra.
—Sigue.

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