Friday, October 16, 2015

capitulo 150

Peter dio un paso adelante y se quedó completamente inmóvil, como si alguien lo estuviera apuntando con un arma.
—¿Vas a volver con él?
Lali lo miró perpleja.
—¿Te parezco tan estúpida y desesperada?
Peter extendió las manos en un gesto tranquilizador, pero menos expresivo que de costumbre, y respiró lenta y profundamente.
—Necesito tomar ese vuelo o perderé mi próximo contrato —dijo sin mucha firmeza.
—¿Ibas camino del aeropuerto y diste media vuelta sólo para preguntarme por Benjamin?
Peter asintió brevemente con la cabeza.
—Pero... ¿porqué?
Él se encogió de hombros y movió las manos, como si él tampoco lo supiera.
—Tengo que irme —fue lo único que dijo, y a los treinta segundos había desaparecido, dejando a Lali con la duda de si lo había soñado todo.
Treinta y seis horas más tarde, Lali estaba revisando el vallado de un prado cuando vio que Tolly le hacía gestos frenéticos con la mano desde la verja. Su coche estaba apartado junto a él y tenía el motor en marcha. Pensando que algo grave había ocurrido, Lali corrió hacia él.
Tolly le tendió un teléfono.
—Es Peter... ¡Dice que es urgente!
—¿Por qué no llevas tu móvil encima? —preguntó Peter cuando Lali contestó.
—Olvidé llevármelo esta mañana. ¿Se puede saber qué ocurre?
—Tengo los resultados. No eres mi hermanastra.
—No soy tu hermanastra... —repitió Lali con la boca seca, sintiendo cómo la sangre le abandonaba el rostro mientras el shock, la esperanza y el miedo se fundían en una sensación que destruyó su capacidad de razonamiento.
—No somos parientes... salvo en que ambos somos humanos.
—No somos parientes... Pero ¿estás seguro? —le preguntó con voz temblorosa—. ¿No pueden haberse equivocado en el laboratorio?
—Respira hondo y escúchame —le aconsejó Peter—. Las pruebas son concluyentes. No eres mi hermana. No tenemos el mismo padre. He hecho que comparen mi ADN con el de Valente para comprobar que efectivamente soy hijo suyo, ¿de acuerdo? No hay margen de error para estos resultados.
A Lali la cabeza le daba vueltas y le temblaban las piernas. Se sentía débil y vulnerable como una gatita indefensa.
—De acuerdo.
—Tendremos que hablar con tu madre de esto. Lali abrió los ojos como platos, ya que aún no podía pensar con claridad.
—¿Tendremos? ¡Pero Emilia está en París!
—Conseguiré un vuelo para ti. Nos encontraremos en París mañana por la mañana. Llama a tu madre para avisarla y dile que llevas a alguien a quien te gustaría presentarle.
—Todavía no puedo creerme lo que me has dicho —susurró ella. De repente tenía los ojos llenos de lágrimas.

5 comments: