Sumida en sus pensamientos, acariciaba las suaves orejas de Sansón hasta que el perro suspiró de satisfacción. Tendría que realizar algunas investigaciones para averiguar cuáles eran las demandas locales y estudiar la competencia. También necesitaba ocuparse de las reformas, y tenía que hablar con Gaston para que le explicara en qué consistía exactamente su asociación extraoficial con Julia. Sería indispensable contar con la ayuda de alguien si quería montar un negocio próspero.
Gaston llegó al patio justo cuando estaban sacando a Pluto del camión procedente de Lanzani Court.
—¿Qué ha pasado? —exclamó nada más bajarse del coche—. ¿Cómo ha escapado Pluto de la cuadra?
—La puerta está destrozada. Creo que Pluto la abrió de una coz y se escapó, pero no me explico por qué.
—Quizá se asustó al oír el helicóptero de Lanzani —dijo Gaston. Pasó las manos sobre el semental en busca de alguna herida y soltó un suspiro de alivio al comprobar que estaba ileso—. Lo siento mucho —se disculpó mientras metía al caballo en otra cuadra—. Cambiaré el cerrojo de inmediato. Supongo que habrá sido una pesadilla intentar atraparlo.
—Fue Peter Lanzani quien lo atrapó —admitió Lali con reparo.
Gas se echó a reír.
—Ese hombre sí que tiene un toque mágico con las mujeres y los caballos. Según he oído puede lograr que hagan cualquier cosa por él.
A Lali le brillaron los ojos, y estuvo tentada de comentar con ironía por qué Peter parecía tener tan buena opinión de sí mismo.
—¿Está casado?
—¿Me lo pregunta en serio? Tengo entendido que su última amante es una modelo muy famosa.
Recordando a la mujer a la que había visto, Lali pensó que tendría que habérselo imaginado. Invitó a Gas a tomar el té una vez que hubiera acabado sus labores en el patio.
—Uno de los granjeros locales ha estado cuidando a los animales de Julia por usted —la informó él mientras se lavaba las manos en el fregadero de la cocina. Parecía sentirse como en su propia casa—. Tendrá que decidir qué hacer con ellos.
—¿Animales?
—Julia tenía debilidad por los animales perdidos. Hay una vieja yegua llamada Bola de Nieve que aún puede montarse. También hay un cerdo... oh, sí, y gallinas. Naturalmente, ninguno de esos animales tiene pedigrí. Los saqué de aquí antes de que Eugene McNally hiciera el inventario, porque sin duda se hubiera librado de ellos. Ahora le toca a usted tomar la decisión.
Lali ya estaba sonriendo ante la perspectiva de tener una familia de animales que le ofrecerían un vínculo vital con esa prima desconocida a la que tenía agradecer la herencia.
—Si tuvieron un hogar con Julia, lo tendrán también conmigo —declaró.
El rostro bronceado de Gas se iluminó con una sonrisa cálida y atractiva.
—Muy bien —dijo ella. Respiró hondo y rodeó la taza de té con ambas manos—.
Estás usando estas caballerizas...
lalita como te interesa si peter estaba casado o no ya le pusiste los ojos ensima jaja
ReplyDeletemasssssss
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