Wednesday, October 7, 2015

capitulo 56

Peter se irguió en toda su estatura y alargó una mano fuerte y esbelta para ayudarla.
—Antes de irme quiero ver cómo entras en casa.
—Tienes muy buenos modales. Eso me gusta —murmuró, balanceándose ligeramente hasta que él le rodeó la espalda con un brazo y la mantuvo firmemente sujeta.
—Estoy encantado de que te hayas dado cuenta.
Lali quería seguir siendo la mujer nueva y valiente que se había propuesto ser, así que se soltó de su agarre y echó a andar en dirección más o menos recta sobre la hierba. Sin embargo, Peter la ayudó a salvar la valla y luego saltó él mismo con la agilidad de un atleta para acompañarla a través del patio.
—Te invitaría a pasar, pero me caigo de sueño —le confesó ella—. ¿Cuándo vamos a tener una reunión de negocios?
—Tengo que ir a Nueva York —respondió él. Una profunda decepción invadió a Lali.
—Oh...
—Hablaremos mañana a las dos de la tarde. ¿En mi casa o en la tuya?
—Aquí será mejor.
—Mientras tanto, nunca te devolví el amistoso saludo que me diste por teléfono — dijo él. Le clavó la mirada en sus ojos inocentes y desconcertados y tiró de ella hacia su cuerpo alto y musculoso—. Hola, socia...
Y diciendo eso, la besó hasta dejarla sin el poco aliento que le quedaba. Lali no se esperaba el beso y no tuvo tiempo para levantar sus defensas, de modo que se zambulló en el calor de la pasión que estallaba en su interior. Jadeando, temblando y dolorosamente consciente de la reacción que despertaba hasta el último de sus nervios, se sorprendió de la fuerza seductora de su propio placer. No quería respirar ni quería que él se detuviera. Sólo quería permanecer donde estaba y sentir lo que estaba sintiendo para siempre.
Pero Peter abrió la puerta que tenía tras ella, la hizo entrar en la cocina y le dio las buenas noches. Durante unos minutos Lali se quedó de pie y a oscuras, completamente aturdida, sin saber muy bien lo que le había pasado.

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