Saturday, October 3, 2015

capitulo 20

—Lali Esposito—se presentó ella, y fue al ver su mirada de burlona curiosidad cuando finalmente cayó en la cuenta de que iba en pijama, que no era precisamente la prenda que más favoreciera a su rolliza figura. Sintió que las mejillas le ardían de vergüenza y se enfureció consigo misma por tener que ruborizarse. Después de todo, un biquini habría mostrado mucha más carne—. Siento lo ocurrido. No sé cómo Pluto consiguió escapar de...
—Si su caballo hubiera llegado a la carretera, podría haber muerto —la interrumpió él tranquilamente.
A Lali le pareció una falta de sensibilidad y cortesía afirmar una obviedad semejante. Se puso rígida a la defensiva y reprimió el impulso de decirle que Pluto no era suyo. Técnicamente el animal estaba a su cargo, pero no era su responsabilidad.
—Pero por suerte no ha llegado tan lejos —replicó con dureza, intentando no preguntarse hasta dónde habría llegado Pluto galopando por la carretera hasta que lo atropellaran.
Un hombre mayor y de rostro curtido con un traje oscuro se acercó corriendo a ellos y se hizo cargo del caballo.
—Tolly se encargará de devolverle a Pluto en un furgón.
Lali se mordió el labio. Se sentía como una colegiala a la que estuvieran reprendiendo por su comportamiento imprudente. Le habría gustado atrapar a Pluto ella misma y haberlo conducido a la cuadra. Pero había demasiadas cuestiones que aclarar, y era demasiado sensata como para considerar siquiera el riesgo de enfrentarse a un caballo tan grande y fuerte.
—Siento haberlo molestado.
—Tranquilícese... Al menos he tenido la oportunidad de ver un pijama realmente precioso —murmuró Peter en tono suave.
Su intensa mirada recorrió con desvergonzado interés la abultada protuberancia de aquellos jugosos pechos, antes de dirigirse a la suculenta promesa de sus labios carnosos y rosados. De no haber sido por Mari, habría invitado a su nueva vecina a compartir el desayuno con él en la cama. Pero sabía que, en lo que concernía a Lali, tenía que ocuparse de los negocios antes que nada. Él jamás permitía que nada lo apartara de su objetivo. Y ella iba a pasarlo muy mal si seguía interponiéndose en su camino.
Lali no se esperaba un comentario semejante, que sin duda interpretó por una broma sarcástica a juzgar por la mirada furiosa que le echó.
—Muy divertido. ¡No quiero hacerle perder más tiempo!
Atónito por aquella respuesta tan poco apropiada a un comentario insinuante, Peter frunció el ceño cuando Mari eligió aquel momento inoportuno para salir de la casa.
—El paisaje es sublime —dijo con un suspiro, invadiendo el espacio de Peter.
La rubia era tan escultural y hermosa que Lali no pudo menos que ahogar un gemido, y sólo apartó la mirada cuando se dio cuenta de que iba virtualmente desnuda bajo el chal de seda con el que no llegaba a cubrirse por entero. También se sintió incómoda al ver la mano posesiva que la rubia ponía en el brazo de Peter.
¿Sería culpable de haberse comido con los ojos a un hombre casado?

5 comments: