capitulo 29

—Pero aun así te ha elegido por encima de mí —siguió Daniela. Parecía estar a punto de echar a llorar—. Pero claro... Tú eres una mujer mayor.
—Lo hace sólo pensando en los negocios —respondió Lali con toda la despreocupación que pudo, intentando no imaginarse a sí misma como una especie de vampiresa entrada en años aficionada a enamorar a jovencitos ingenuos. Recordaba demasiado bien lo sensible que ella misma había sido a la edad de Daniela ante la menor muestra de desprecio, y no podía decidir si la fascinante belleza de la chica era una bendición o una maldición—. ¿Te apetece una taza de té antes de que nos vayamos?
—Creo que yo no voy a ir —murmuró Daniela con voz ahogada—. No merece la pena, ¿verdad?
—Me encantaría contar con tu compañía —se apresuró a responder Lali amablemente—. ¿Te das cuenta de que aún no sé nada de ti?
—Pregúntale a cualquiera en Ballyflynn. Soy la pequeña equivocación de Eilish Donnelly. ¡Siempre metiéndome en problemas! —exclamó, cediendo finalmente a las lágrimas—. ¡Y cuando el bruto de mi hermano se entere de que me han expulsado de otro colegio, me matará!
Se hizo un silencio lleno de tensión.
—Pondré la tetera a hervir —dijo Lali, como si no hubiera oído nada extraordinario.
—Supongo que si te preguntara si te gusta Gas me mandarías a tomar viento — farfulló Daniela.
—Desde luego.
La respuesta instantánea provocó una inesperada carcajada en la joven.
—Al menos dices lo que piensas y no me hablas como si tuviera seis años... ¡como hacen algunos a los que podría nombrar!
—Gracias... le debo una —le dijo Gas con sincero agradecimiento cuando encontró a Lali sola en la cocina—. Me alegra que usted vaya a estar por aquí ahora. Daniela puede ser muy temperamental. No sé lo que le ha pasado.
Lali lo creyó. Gas estaba pálido por el recuerdo del estallido emocional de Daniela, y prácticamente temblaba de los pies a la cabeza. Daniela era una chica de firmes propósitos y tenía a Gas en el punto de mira, y él seguramente debía de tener cuidado para no darle falsas esperanzas. Lali no pudo evitar recordar lo tímida y reservada que había sido con Benjamin, observándolo y amándolo desde lejos durante tanto tiempo, sin revelarle sus sentimientos hasta que no hubo peligro de un posible rechazo. Eugue habría sido mucho más abierta, extrovertida y excitante desde el principio. Tal vez ésa era otra buena razón por la que Benjamin había elegido finalmente a su hermana.
—No me interprete mal. Daniela es una buena chica —añadió rápidamente Gas—. Pronto encontrará a alguien de su edad.
Lali, que sospechaba que Daniela era demasiado apasionada para olvidar tan fácilmente a su primer amor, no dijo nada y se esforzó por sacar otra vez a Eugue y a Benjamin de sus pensamientos. El pasado no podía cambiarse y tenía que aprender a vivir con ello.
En el furgón para caballos, Una charlaba animadamente con Lali mientras lanzaba miradas pétreas a GAs, que conducía y no se daba cuenta de nada. A los
campos donde iban a celebrarse las carreras se accedía por una larga pista de tierra.