—Está bien —dijo él, apoyando los codos sobre la mesa—. ¿De qué quieres hablarme?
—Tratas de comprar la compañía de mi padre, de mi familia, Suministros para Restaurantes Esposito.
—Voy a comprar la compañía de tu padre —la corrigió.
—He venido a pedirte que reconsideres tu decisión —dijo ella sin inmutarse—. O al menos, a pedirte que le des a mi padre más tiempo para que reúna el dinero y los recursos necesarios para salvar su empresa.
—¿Acaso cree que tiene posibilidades de hacerlo? —preguntó Peter, siempre interesado en obtener información—. Me refiero a poder conseguir financiación.
—Sí.
Ella apartó la mirada, revelando que no estaba tan segura como pretendía hacerle creer.
—Mi padre cree que si dispusiera del tiempo suficiente, podría levantar la empresa y convertirla en un éxito otra vez. Y he venido aquí para pedirte que le des el tiempo que necesita para hacerlo porque estoy preocupada. No sé qué será de él si pierde su empresa.
Sus negros ojos, enmarcados por espesas pestañas negras, se encontraron con los suyos, rogándoles comprensión y compasión.
Sintió algo cálido en su interior, pero trató de controlarlo y apoyó la barbilla en su puño. Se había dejado engatusar por aquellos ojos anteriormente para después llevarse una decepción. Esta vez, no se dejaría embaucar.
—La compañía es su vida —continuó Lali—. La levantó desde abajo, cuando no tenía nada. Es el pilar de nuestra familia. Después de que mi madre muriera, dejó que las cosas se le fueran de las manos, pero ahora está tratando de remontar la compañía y volver a ponerla en su sitio.
Era una bonita historia, pensada seguramente para llegarle al corazón. Pero lo que no sabía era que carecía de él.
—Y eso, ¿qué tiene que ver conmigo? —preguntó él bruscamente.
Aquellos ojos negros destellaron por un instante, antes de que recordara que su vida y su futuro, al igual que el de su padre, estaban en sus manos.
—Quieres comprar Suministros para Restaurantes Esposito, hacerlo pedazos y vendérselo al mayor postor. Me doy cuenta de que obtendrías un sustancioso beneficio, pero te pido que pienses en la sangre, el sudor y las lágrimas que han hecho falta para levantar la compañía. Piensa en el impacto emocional que perder la empresa tendrá en un hombre bueno y en su familia.
—Los sentimientos no cuentan en los negocios. Comprar Suministros para Restaurantes Esposito es una decisión empresarial, y tienes razón, espero conseguir buenos beneficios en la operación. No puedo preocuparme por cómo se va a sentir el dueño anterior o por qué motivo ha puesto en peligro su compañía.
quiero mas
ReplyDeleteMaaass
ReplyDeleteNecesito otrooo
ReplyDeleteel siguiente
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